Realizado con Tándem Arquitectura

El programa del concurso incluye todas las funciones de un museo de carácter nacional. La propuesta se ordena bajo ejes estructurales que se proyectan desde la misma topografía. Estos se orientan sobre el eje Noreste –Suroeste aprovechando de manera controlada el recorrido solar. Dos rampas, una vehicular y una peatonal, permiten al visitante llegar a la plaza de ingreso elevada. Desde ahí, el recorrido hacia el interior del museo se da de forma descendente a través de distintos halles. Las salas de exposición están configuradas en espacios separados por vacíos longitudinales que permiten llevar luz a los niveles más bajos (depósitos y laboratorios de investigación). Las salas de exposición permiten también ser recorridas en dos sentidos: longitudinal y transversalmente, trama y urdimbre. Cada sala de exposición presenta un tema específico del guion, se accede a ellas directamente desde el hall principal y se recorre en profundidad. El recorrido transversal se da a través de puentes sobre los vacíos que permiten cruzar las salas longitudinales. De esta manera se genera un recorrido alternativo al temático, quizás cronológico. El proyecto propone visuales directas entre el interior y el exterior del edificio, poniendo en relación la exhibición de las colecciones con el paisaje de donde provienen. A través de los espacios vacíos longitudinales es posible ver el mar y el cerro desde los halles y puentes que los atraviesan. Todas las salas de exhibición rematan en terrazas con vista al horizonte, creando un lugar de descanso visual y una pausa en el recorrido. Ninguna de estas aperturas genera ingresos de luz directa en las salas, con lo que aseguramos la conservación de las colecciones en exhibición.